China sigue siendo un país lleno de misterios para la gran mayoría de los turistas internacional. Muchos de ellos acudne a él en un ambiente de misterio, curiosos de ver cómo este gigante económico mundial puede vivir inmerso en tradiciones ancestrales que han hecho que su sociedad haya avanzado muy poco en comparación con otros países de su entorno. Claro que el régimen imperial primero, y el comunista después, no han hecho mucho para que haya este avance, introduciendo a los habitantes del país en un clima de oscurantismo y represión. Es curioso que una civilización brillante que fue uno de los motores de Asia en épocas antiguas, ahora esté estancado socialmente en una sociedad que poco se diferencia de las regímenes medievales.
Y es que en China viven dos realidades bien distintas: una que está a la vanguardia de todos los avances científicos y tecnológicos, y otra que se aferra con uñas y dientes a unos valores tradicionales que no tienen mucha cabida en una sociedad del siglo XXI. El gobierno comunista hace todo lo que puede para mantener su política de represión, cosa que no ayuda mucho al desarrollo del país, a pesar de que el turismo es uno de sus mayores motores económicos. Pero ¿de qué nos extrañamos? Ni siquiera han querido sacar rentabilidad del fenómeno de internet, que en ese país está censurado hasta el máximo, controlando perfectamente qué les llega a los ciudadanos y cómo. ¿Has oído hablar de la censura del porno en China? Una cultura que hace siglos fue la precursora de la pornografía, con grabados de desnudos que son considerados obras de arte.
El casco antipornografía en internet es algo relativamente nuevo, pero ya está dando mucho que hablar. En su línea machista y retrógada, para su implantación se tuvo en cuenta solo a un pequeño grupo de hombres, apenas veinteañeros, que solo representa a un pequeño núcleo de la sociedad. Porque, ¿qué pasa con las chicas jóvenes, responden a los mismos estímulos? ¿La visión de porno censurado como a sus homólogos masculinos también las hace reaccionar de la misma manera? Por ahora no podemos saberlo, pero quizá tengamos que echar un ojo a las reacciones de las chicas occidentales, en contra de las chinas.
¿Qué se puede decir de digamos una jovencita española sobre el porno? Pues, que según todos los estudios, se ha vuelto tan consumidora de pornografía online como cualquier chico de su entorno. Eso de que los videos porno, las fotos xxx, los canales de cibersexo… son productos para hombres ya se ha quedado desfasado; ahora, cualquier mujer, sobre todo si son chicas jóvenes, reconocer acudir al contenido adulto de internet con tanta asiduidad como sus compañeros. Incluso se da la particularidad de que muchas parejas jóvenes acceden a páginas web juntos para poder disfrutar de contenido pornográfico. Y aunque algunas categorías xxx estén llenas de mitos y roles machistas como el porno jovencitas, eso no parece molestar a estas chicas, que han aprendido muy bien a diferenciar qué es la realidad y qué una forma de excitar mostrando contenido sexual explícito.
Al final, esta diferencia de culturas (que no solo se nota en el acceso al porno, claro está) hace que los visitantes de China se muestren poco empáticos con sus habitantes, y poco comprensivos con sus tradiciones. Por contra, cuando son los jóvenes chinos los que salen de su país, se enfrentan a un mundo que no conocen, o al que han tenido muy poco acceso a través de unas cuantas muestras en internet, o leves referencias durante sus años de estudiantes. Es cierto que todo esto separa mucho al mundo oriental del occidental, y es muy difícil compenetrarse en similares condiciones cuando enfrentamos maneras de vivir tan diferentes.